Después de un año deprimente...
...en el que retornaron viejos fantasmas que ya no creía volver a ver jamás...
...el tipo decidió aislarse del mundo...,
...tomar contacto con la naturaleza...,
...relajarse...,
...y disfrutar del aire puro.
En paz y armonía con sí mismo y con el universo, el tipo decide solazarse en la lectura...
Pero un extraño presentimiento lo distrae. Y entonces ve...
Incrédulo,el tipo piensa: "la Argentina tiene más de 4.000 km. de costa marítima, no puede ser, no puedo tener tanta mala suerte", y vuelve a mirar...
Algo más tranquilo, pero aún inquieto, el tipo resuelve continuar con la lectura en la playa...
El pequeño accidente no lo amilana y continúa leyendo. Después de todo, ¿quién no se llevó puesto alguna vez un viento de la carpa?
Pero al reaundar la marcha, vuelve a percibir ese incómodo presentimiento...
...una y otra vez...
Preocupado,se encamina a la orilla del mar, donde en vano intenta explicarle a unas turistas lo que le está ocurriendo. Es rechazado...
Desanimado, camina cabizbajo...
...pensando que tal vez sean alucinaciones producto del stress vivido en su pasado reciente...
...e intenta evadirse concentrándose en la lectura.
Pero un golpe, suave pero tangible, no una fantasía, sino un golpe real, lo vuelve a distraer.Mira, y allí está...
El libro.
El mismo libro.
Su creencia de que estaba enloqueciendo, cedió paso ante la evidente realidad del libro, y fue sustituida por un creciente pánico a que la realidad fuese peor...
Y fue peor, nomás. ¡Cuatro mil kilómetros de costa y éste tiene que estar justo ACÁ!¡ESTO SÍ QUE ES TENER MALA SUERTE!
Y bueno, si no puedes vencerlos, únete a ellos.
Gracias a Norma Vitagliano, Luna Spanevello y Mercedes Cardinali.
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