Encarar la realización de Para Elisa no fue fácil.El primer problema que se presentó fue el financiamiento, dados los impresionantes costos de esta superproducción.
Se tuvo que afrontar el alquiler de sofisticadas cámaras...
Adquirir costosísimos elementos de iluminación...
Hacer frente a los gastos de catering, de acuerdo a las extravagantes exigencias de las estrellas...
Contratar personal de maestranza...
Comprar los materiales para la confección de una escultura suntuaria, de acuerdo a los requerimientos de la artista...
Conseguir alguna que otra cosita en el mercado negro (los caracoles de Claromecó son cada vez más difíciles de obtener)...
Y afrontar otros gastos que llegaron a poner a los productores al borde del colapso...
A tal punto que el proyecto pareció naufragar en medio de una grave crisis financiera a la hora de grabar los exteriores. Porque poner en movimiento a una super banda no es precisamente barato...
Pero gracias a la desinteresada colaboración y casi buena voluntad del señor Tato Taraboto, quien puso a disposición de EXEQUIAS su flota de transporte pesado, finalmente la película llegó a buen término. O a mal término, porque la terminamos; es una cuestión de puntos de vista.
Señoras y señores, presentamos al héroe anónimo de PARA ELISA:
EL TATOMÓVIL.
No hay comentarios:
Publicar un comentario